Para los ciclistas lo más importante es tener la libertad para circular con seguridad en las vías de la ciudad y ejercer libremente nuestro derecho a la movilidad, sin embargo también debemos respetar los derechos de los demás. Y mucho de la inseguridad que se asocia al ciclismo urbano tiene que ver con las pácticas correctas, la temeridad o la impericia del ciclista.

Hay un problema mundial, los ciclistas son agredidos por automovilistas, lo ves en noticias y videos, internacionales y cada vez más en nuestra ciudad, basta buscar cyclist road rage en Youtube para descubrirlo, un estudio reciente realizado en Australia reveló que los usuarios de bicicleta son equiparados con cucarachas por un alto porcentaje de automovilistas, hay una deshumanización del ciclista, se nos considera ciclistas, no personas, menos que personas. Eso va contra nuestra seguridad, pero podemos prevenirlo, queremos las calles para usarlas con libertad, pero también hay mucho que nos toca hacer para rodar seguros y sobre todo para evitar el rechazo de los demás ciudadanos, toca comportarnos como una comunidad en dos ruedas donde seamos conscientes de que nuestra conducta afectará indirectamente de forma positiva o negativa a otros ciclistas y nos atraerá un entorno negativo o positivo para usar nuestra bici.

Viene a cuento porque recién publicamos un video en nuestra página de Facebook en el que invitábamos a los ciclistas a no circular por las banquetas y en el que demostrábamos que no se iba más rápido con esta práctica —y debo añadir que tampoco es más seguro—, nuestro alegato era en favor de la seguridad de los peatones, que al igual que nosotros que pedimos respeto de los coches, ellos merecen respeto de los ciclistas. Las respuestas airadas y hasta algún insulto vinieron de la audiencia, muchos de ellos, usuarios de bicicleta. Los alegatos: la seguridad propia —olvidando la de los demás, claro— y la libertad, de ahí hicimos una serie de videos sobre seguridad, de lo que hablaré más adelante, pero comienzo por el segundo argumento.

El ejercicio de la libertad exige responsabilidad, termina donde comienza el derecho de los demás. Imagine el lector que un asaltante en un camión al dispararle tratando de despojarlo del teléfono móvil y su dinero alegue el ejercicio de su libertad para hacerlo, pero no está en su derecho, está coartando la libertad de la víctima para trasladarse seguro y llevar sus propiedades, también está atentando contra su derecho a la salud y a la vida. Lo mismo un ratero que se lleva tu bicicleta, ¿está haciendo uso de su libertad?

Hoy día es un acto subversivo andar en bicicleta. Para los muy conservadores que alguien llegue para firmar un negocio en bici en lugar de hacerlo en un BMW o un Tesla es bastante chocante, no lo registran en su sistema operativo, además pueden menospreciar al que anda en bici por pobre, hay un tema de estatus. De ahí que algunos conductores rechacen a los ciclistas y los incordien, generalmente son gente muy conservadora, algunos, los habrá que crean que el ciclista atenta contra su libertad para circular o la exclusividad sobre la vía, los ven como un estorbo, otros son simplemente brutos al volante. Son pocos y queremos que sean menos, no que se extienda la animadversión hacia el ciclista.

Así que el sentido de este texto está en que no hay que echarle más leña al fuego con conductas que generen rechazo, y no paguen justos por pecadores, cuando un ciclista es agredido por la molestia que generó la conducta de otro. La lucha por las calles hoy está por lograr que podamos circular en la ciudad con el respeto de los automovilistas.

Subirse a una bicicleta ya en sí es un ejercicio de libertad, es subversivo porque rompe el statu quo determinado por el imperio del automóvil o la dependencia del transporte público. Tan es una máquina libertaria que en el Siglo XIX y comienzos del XX representó un instrumento de emancipación para la mujer, la liberó de atavismos y le dió movilidad y el libre ejercicio de su cuerpo para desplazarse. Aún hoy en dia, en África es un instrumento que ayuda a romper las cadenas de la pobreza y permite a los niños ir a las escuelas remotas para ejercer el derecho a la educación y superarse. La frase “Las cadenas de las bicicletas son las únicas que te hacen libre” es muy vigente. Ahora, pretender ejercer la libertad invadiendo espacios peatonales o circular en sentido contrario —que están prohibidos en el reglamento de tránsito—, ya rebasa el mero ejercicio de dicha libertad pues como expusimos antes, afecta el derecho de los demás, es caos o anarquía, pero al no contar siquiera con una base ideológica es pura irresponsabilidad y puede ser visto como vandalismo.

Este no es un tema exclusivo de México, se discute en todo el mundo, un caso específico está en Inglaterra, justo el día antes de escribir esto, en el GCN Show en Youtube, se discutió en el capítulo Cyclists Don’t Break Rules: People Do, ahí alegan cosas interesantes que de forma similar discutimos antes en nuestra página de Facebook y en nuestro canal de Youtube donde expusimos que todos somos peatones en algún momento, en GCN alegan que muchos ciclistas tienen licencias de conducir y se preguntan si al manejar un coche romperían las mismas reglas que en la bici. Pienso en cosas como invadir las aceras, circular en sentido contrario o pasarse los semáforos —sobre esto último expondré más adelante—, tendríamos un caos total y sería extremadamente peligroso y hasta imposible conducir un vehículo motor, andar en bici o caminar por las calles, esto es inviable, por eso hay reglas. La frase crucial es la del título, “los ciclistas no rompen reglas, la gente si”. Una persona circulando en una bicicleta no es un ciclista, es una persona, pero es muy cómodo utilizar el término ciclista como forma de descalificación y para señalar a un grupo como consecuencia de la conducta de algunos, también puede llegar al extremo de que se use para discriminar. De ahí que los ciclistas debemos observar una conducta ejemplar contribuyendo a una convivencia sana en la ciudad para luego poder exigir nuestros derechos.

Pasarse los altos

Una cosa que nos reprocharon en el video mencionado y los subsiguientes es que los ciclistas nos pasamos los altos, esto vino de ciclistas y conductores, pues sí, en la Ciudad de México donde contamos con una Ley de Movilidad y un reglamento de tránsito bastante avanzados en el tema de la bicicleta, gracias a la participación de grupos de activistas del ciclismo, se nos otorga prioridad de vía, sólo por debajo de los peatones. Los vehículos no motorizados —entiéndase las bicicletas— cuentan con el Capítulo III del Reglamento de Tránsito y el Artículo 16 señala que los ciclistas nos podemos pasar los semáforos en rojo en los cruceros de las calles secundarias observando que no haya peatones o vehículos cruzando la vía. Esto es muy sensato e indirectamente favorece a los automovilistas que van por la misma calle que los ciclistas, si éstos avanzan dejan el paso libre en el crucero a los vehículos de motor y por otro lado, es más seguro cruzar una calle sin tráfico que esperar en el crucero obstruyendo la circulación. También es una práctica muy añeja, podríamos decir que el reglamento está recogiendo un uso y costrumbre, aunque no sé si sea así precisamente.

También se nos reprocha circular entre carriles, cabe decir que circulamos entre coches todo el tiempo si consideras a los vehículos estacionados, el Reglamento de Tránsito en el Artículo 19 prohíbe circular a los vehículos no motorizados entre carriles, pero en el Inciso V señala: salvo cuando el ciclista se encuentre con tránsito detenido y busque colocarse en un área de espera ciclista o en un lugar visible para reiniciar la marcha. Entonces, hay circunstancias donde es permitido, y no solo eso, también resulta más seguro para el ciclista, como lo mostramos en los videos sobre seguridad.

Lo anterior debería zanjar la discusión, está reglamentado. Así que es importante echarle una lectura al Reglamento de Tránsito así no seas conductor o no cuentes con licencia de manejo.

Las banquetas y otras lindezas

Circular en bicicleta por las banquetas o aceras o espacios exclusivos para el peatón está expresamente prohibido en el Reglamento de Tránsito. Varios usuarios de Facebook alegaron que lo hacen por su seguridad, temen ser molestados o lastimados por un automovilista o transportista pero no les preocupa tirar a una persona mayor y romperle la cadera, bonita cosa. También hay que decir que las aceras no están libres de peligro, en nuestra ciudad son bastante irregulares y llenas de obstáculos, los vehículos salen de cocheras, chocar con un peatón puede resultar en una lesión para el propio ciclista y finalmente, hay que cruzar calles y avenidas y si vienes sobre la acera, eres menos visible para los coches, sobre todo para los que darán vuelta.

Si sólo fuera eso, y el reproche viniera de ciclistas nóveles con miedo al tráfico, podría entenderse, que no justificarse. Pero el tema es que hay ciclistas que tratando de ahorrarse el tránsito vehicular pedalean por las aceras a toda velocidad incomodando y poniendo en peligro a los peatones, es un completo despropósito.

Lo mismo opino de los que circulan en sentido contrario, tanto los peatones como los conductores que van a cruzar la calle, o de éstos últimos los que van a dar vuelta en una esquina tienen su vista puesta en el sentido vehicular, no esperan a un ciclista que circula en sentido contrario. ¿Por qué nos parece una barbaridad que un coche circule en sentido contrario pero debemos aceptar que lo haga un ciclista? ¿Por honrar su libertad?

Responsabilidad

Los primeros responsables por nuestra integridad física somos nosotros mismos, no te tiras a las vías del Metro porque sabes que te matará, a menos que quieras suicidarte. Entonces mientras circulamos en bicicleta debemos observar ciertas prácticas para ir seguros, tenemos que ser previsores, sobre el tema hicimos una serie de videos en nuestro canal de Youtube, aquí y aquí, pero el video, aunque permite ilustrar dinámicamente las acciones, no brinda espacio para una reflexión más profunda, de ahí que continuamos con este artículo.

También resulta inaceptable que un tercero nos ponga en peligro o atente contra nuestra integridad física o nuestros bienes, como el caso del automovilista que nos arroja dos toneladas o más encima, por supuesto que es responsable de ello, es una responsabilidad que debe asumir cuando pone las manos en un volante, pero los hay que no tienen la más mínima idea, o sencillamente circulan atormentados por el estrés, las prisas, o por la avidez de conseguir pasaje en el caso de los choferes y peor, distraidos por un telefóno movil, que es la más imbécil de las irresponsabilidades. Entonces, a los ciclistas nos toca ser precavidos y aprender a observar el entorno, a identificar las actitudes de los autos para tratar de predecir sus maniobras —tan fácil que sería si todos usaran sus luces direccionales—. Y a veces, es mejor dejar pasar o esperar.

Como apuntamos en los videos, en la Ciudad de México, la mayoría de los automovilistas te tratarán con respeto y te cederán el paso, tampoco podemos decir que “todos son unas bestias”, sería comportarnos igual que aquellos que equiparan a los ciclistas con cucarachas, las generalizaciones son espantosas. En los automóviles va gente como nosotros, sobre las aceras camina gente como nosotros —y en este caso más frágiles, pues si les pegas con la bici, tu inercia puede provocar un gran daño—, todos somos ciudadanos y personas. Si, hay excepciones y situaciones como los embotellamientos que estresan a los conductores, que los frustran y pueden volverlos agresivos o conducir fuera de control para salir del atolladero, como ciclista te toca ser consciente de ello y extremar precauciones.

Yo he circulado por la ciudad en bici desde la adolescencia, con los años me he hecho menos temerario, se me ha pasado la prisa. Sé como correr entre coches y lo hago sólo para evitar el riesgo cuando van a dar vuelta a la derecha o para rebasar un camión parado que sube y baja pasajeros. He aprendido y constatado miles de veces que da igual correr mucho, si en una avenida más adelante te detendrás en el semáforo. He visto a demasiados ciclistas esquivar a los coches en un cruce por un pelo para que los termines alcanzando con tu bicicleta a media cuadra, ¿que no es mejor ir un poco más rápido y no exponerse en los cruceros para ganar unos segundos? Al final harás el mismo tiempo en los recorridos, igual que les pasa a los coches. Viajar en bici es el medio más rápido para circular en la ciudad, sin lugar a dudas, el menos estresante y el más divertido, más si minimizas el riesgo y aprendes a usar los frenos en lugar de esquivar a un peatón, te lo agradecerán.

La apuesta de Pascal

Blaise Pascal creó su argumento filosófico en 1670, con una base religiosa: hacer la apuesta más pequeña sobre la existencia de Dios, y nos queda bien si pensamos en seguridad o riesgo. Digamos que debes apostar por el riesgo menor cuando interviene el azar. Lo que dijo este pensador en resumen fue que si la existencia de Dios está determinada por el azar, entonces se debe apostar por su existencia aunque no creas en él, pues las ganancias serán enormes si existiera.

Entonces, trasladado a ti como ciclista, deberías apostar en las esquinas porque el coche dará vuelta a la derecha cerrándote el paso y tomar precauciones, si no ocurre seguirás libremente y sólo habrás perdido tres segundos. En otro crucero apuesta porque el coche no te cederá el paso y actúa en consecuencia, si no te lo cede, evitaste el accidente y ganaste mucho; si te lo cede, ganaste un paso libre; pero si apuestas que te cederá el paso o que le ganarás y no es así puedes perder muchísimo. Apuesta por el riesgo menor, siempre ganarás, entiende que eres la parte frágil de la ecuación, compórtate como tal.

Entonces, trasladado a ti como ciclista, deberías apostar en las esquinas porque el coche dará vuelta a la derecha cerrándote el paso y tomar precauciones, si no ocurre seguirás libremente y sólo habrás perdido tres segundos. En otro crucero apuesta porque el coche no te cederá el paso y actúa en consecuencia, si no te lo cede, evitaste el accidente y ganaste mucho; si te lo cede, ganaste un paso libre; pero si apuestas que te cederá el paso o que le ganarás y no es así puedes perder muchísimo. Apuesta por el riesgo menor, siempre ganarás, entiende que eres la parte frágil de la ecuación y compórtate como tal.

Lo que sigue

Lo que sigue es ganar pericia y experiencia, razonar sobre los eventos cotidianos que te ocurren mientras vas en tu bicicleta, suponer situaciones y cómo las afrontarías, utilizar todos tus sentidos, entre ellos uno muy importante, el oído, que es el que te protege del tráfico que viene detrás, los audífonos te aíslan y evitan que escuches el entorno.

Usa lámparas en la noche para que te vean los otros vehículos, la linterna delantera es igual de importante que la trasera, además permitirá a los peatones verte. No sobrerreacciones si un coche te pasa cerca, un volantazo de tu manubrio puede ser peor, mantente firme y relajado, que eso se aprende con la práctica. Dicen “piensa mal y acertarás” aplícalo para extremar precauciones, pero no dejes que pensar en lo peor te paralice y te impida circular con tu bicicleta sin miedo por la ciudad.

Si no andas en bici, te diré: es muchísimo mejor de lo que muchos alegan cuando dicen “es muy peligroso”, eso también es generalizar y satanizar la situación. Muchos ciclistas, como yo, te dirán que andar en bici por la calle es mucho más fácil de lo que mucha gente supone. Yo la prefiero sobre el coche sin dudarlo. Pero me cuido.