Tal vez porque escribo estos artículos, de un tiempo para acá, tengo bien presentes los recuerdos de cuando era un ciclista ignorante —que en muchos sentidos aún lo soy—, de las cosas que no sabía de la bicicleta y el ciclismo. Son recuerdos muy vívidos, imágenes de cuando no sabía pedalear con el desarrollo o cadencia adecuados, lubricar la cadena de mi bicicleta correctamente y la postura ideal entre muchas cosas.

Con frecuencia en la tienda de bicicletas vienen esos destellos de mi propia ignorancia y las escenas de mí mismo en aquel entonces, cuando usaba aceite “del 40” de coche para la cadena —tampoco es que las tiendas de bicicletas vendieran lubricante para ese propósito en el México de antaño—. Aprendí gracias a lubricarla con parafina derretida (que así se llama a la cera de las velas en este país), mezclada con un 5% de bencina, ahora valoro tener disponible en la tienda de Enbiciados aceite de cera para bicicleta de buena calidad y contar con la opción de aceite húmedo para las lluvias. Ahora estoy al tanto de que la cadena debe verificarse periódicamente para saber si se debe cambiar.

Errores del pasado

Alguna vez arruiné un cuadro de cromolio. Traté de instalar un poste de asiento que le quedaba muy ancho, entonces no sabía que existían de diferentes diámetros. Compré un poste muy bonito, ligero, adornado con estrías, de titanio, caro. En la soledad de mi habitación, un martillazo aventurado terminó por abollar el tubo del cuadro, fue una enseñanza muy costosa, la primera lección: que lo haga un mecánico que sepa, y sobe todo, asesorarse bien antes de comprar una pieza porque es bonita o ligera, una revelación. Saberlo me costó mucho dinero, cosas de la juventud.

Poste de asiento estriado de época, los vaciados de material eran para hacerlo más ligero. Pero creo que solo eran apariencias.

No he olvidado a toda la gente que me enseñó algo, perlas sueltas cada vez, y los momentos en los que ocurrió, como aquella ocasión en que un ciclista me pasó de largo y me dijo: «vas entuercado, pedalea con más agilidad», u otro que me aconsejó no desmontar de la bici con un pie apoyado en el pedal mientras aún rodaba: «vas a torcer el cuadro». Con la experiencia, lo que me han enseñado otros ciclistas y en las tiendas de bicicletas, lo mucho que he leído y los errores que he pagado, ahora sé más cosas. Andar en la bicicleta es algo más que solo subirse, manejarla y desplazarse con ella. Hay temas de eficiencia, rendimiento, sobre todo cuando compites; cuentan la pericia, seguridad, salud, nutrición, técnica, mecánica y tecnología, que amplían el ciclismo más allá de transportarse e inclusive competir. La bicicleta es un hobbie que la hace más interesante.

Medidas antes y ahora

Desde que compré mi primera bicicleta de ruta en plan serio, me quedó grabado a fuego que la medida de cuadro para mí era el 57, muchos años después, tuve que aprender que con las bicicletas actuales ese estándar cambió, hay marcas en las que el cuadro que me queda puede ser el 55, y generalmente el 56. La lección más dolorosa vino de mi inexperiencia y una banal aspiración estética, pues, independientemente de la medida del cuadro, hay una altura correcta del sillín, un avance del mismo, y una distancia de alcance del manubrio o las manetas de freno. Hoy en día veo a muchos jóvenes con la misma actitud.

A los veinte años de edad, yo tenía la idea de que un sillín alto y una potencia larga hacían más bonita la bicicleta, amén de ser más aerodinámico, entonces era más flexible. Sufría pedaleando y a la larga, terminé con lesiones. Con los años tuve que aprender que la posición debe ser sostenible, que la correcta te permite lograr más potencia por periodos de tiempo más largos y que debe adaptarse a las características de cada persona, esa es la idea detrás de la biomecánica o el fitting, la bicicleta debe adaptarse al ciclista y no al revés. Y un detalle más, los ciclistas profesionales actuales usan el sillín de forma que se ve más alto y la potencia más larga, con una altura amplia entre sillín y manubrio, el «secreto» está en que utilizan cuadros más chicos que los de su talla para lograr ser más aerodinámicos, claro, están habituados, tienen cuerpos muy flexibles para soportarlo y pueden rendir con esa postura.

Tubular de época de 23 mm con rin de aluminio que creíamos aerodinámico entonces y cubierta moderna de 28 mm con rin de fibra de carbono de perfil aerodinámico de verdad.

Hay hábitos adquiridos y las cosas que leímos en el pasado que no se adaptan a la evolución de las bicicletas, un caso: Las llantas de carretera han cambiado, antes usábamos tubulares de 19 o 20 mm de ancho, requerían mucha presión de aire debido a su poco volumen, entonces asociamos la alta presión a la velocidad. Desde loas años 90 los aficionados al ciclismo de ruta utilizábamos cubiertas, y el ancho de 23 mm fue el estándar incuestionable. Con los años pasamos a emplear cubiertas más anchas, de 25 o 28 mm, que requieren menos presión, y luego llegaron las tubeless, que deben llevar, para más inri, aún menos presión. Pero, muchos ciclistas siguen inflándolas a 110 PSI en lugar de las 70 u 80 indicadas, la consecuencia es que con frenos de rin y rines de fibra de carbono, veías muchos de estos deslaminados y ahora las tubeless, destalonadas. Resistencia al cambio y viejas costumbres muy arraigadas.

Buenos y malos ejemplos

Aprendí mucho viendo a otros ciclistas en la ruta y luego practicando para lograrlo. Pero eso puede llevar a aprender mal, o frustrarse y abandonarlo. Un caso típico: mantener el equilibrio con la bicicleta detenida. Lo puedes ensayar hasta lograrlo, claro, pero tiene su técnica, si te enseñan y sabes como aplicarla, tardarás menos tiempo en aprender y lo harás mejor. Sostenerse estático en la bicicleta se veía mucho en la pruebas de esprint en pista, hasta que se modificaron las reglas —de ahí el nombre anglosajón: trackstand—. Nadie te decía que en ese entorno es más fácil hacerlo porque las bicis tienen piñón fijo y puede bascularse de atrás para adelante. Me enteré de ello años después. Hacerlo con rueda libre es más complicado, pero se puede lograr en una pendiente leve que provoque que la bici vaya para atrás y puedas empujarla hacia adelante con los pedales, para luego, aprender a hacerlo con la cadera. Hoy día tenemos una ventaja, hay canales de Youtube para enterarnos de esos detalles.

También existen los malos ejemplos en la Internet.

Algo muy arraigado en los ciclistas aficionados es emular a los profesionales, sin pensarlo, solo adoptan lo que ven en la tele o en Youtube. Cada uno tiene derecho a adquirir sus mañas para pedalear mejor. Eso pasa en el mundillo profesional. Por ejemplo, en los últimos años algunos, ciclistas profesionales han adaptado posiciones de manetas de freno exóticas para ser más aerodinámicos, y así estrechar el frente que oponen al aire. ¿Pero es mejor también para el aficionado? muchas veces no. Esos detalles son los que se destacan en las narraciones de las carreras o en las revistas especializadas y resultan en lo que la gente copia.

Que si Sagan o Froome adoptaban posturas extremas en los descensos, había que hacerlo igual, sin considerar los riesgos y sin detenerse a pensar que a ellos los filmaban mientras corrían en una competencia profesional con carreteras cerradas al tráfico, veíamos y vemos muchos ciclistas aficionados haciendo froomies, sin medir los riesgos, para ellos y quienes los acompañan, riesgos tan reales que llevaron a la UCI a prohibir esas posturas.

Ahora que toca enseñar

Muchas veces uno va pedaleando por la calle y nota que un ciclista lleva el asiento muy bajo y te sientes tentado a aconsejarle que lo suba para pedalear mejor y no desgraciarse las rodillas, pero te quedas callado. También los ves pedaleando frenéticamente al arranque para luego planear cuando les falta el aire, no saben llevar ritmo, ¿darles un consejo? ni hablar. Hoy en día es mal visto opinar y se pierde esa forma de convivencia solidaria. Algo que aprendes con los años es que a lo mejor, sobre todo las mujeres, prefieren un sillín bajo para apoyar los pies mientras están detenidos o detenidas en un semáforo, entiendes que sus recorridos son cortos, lentos que en su caso, un consejo sobre rendimiento en el pedaleo, sobra, y te quedas callado. A menos que haya un contacto más profesional o que exista confianza y la ocasión amerite echar un consejo al aire.

Procuro tener presente lo que ignoro para poder aprender más y hacerlo mejor. Todavía después de tantos años cuando me encuentro pedaleando en una pendiente, tengo que recordar hacer pedaleo circular para ser más eficiente…

A veces hay que entender que en la tienda de bicicletas, en muchas ocasiones, no te están vendiendo, te están asesorando para que te lleves lo mejor. En la actualidad tenemos clínicas de ciclismo, talleres de mecánica básica donde aprender y rodadas grupales para compartir experiencias con otros ciclistas y adquirir buenos consejos, no dejes de acudir a ellos.

¿A ti, qué te parece? ¿Te las sabes todas?

Conócenos, visita: Enbiciados

Una reflexión sobre “El ciclista ignorante

  1. Muy buena información ,tengo rodando como 14 años e ignoraba muchos datos que acabo de leer , saludos

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